Un trastorno alimentario es una condición muy compleja con un aspecto nutricional y psicológico de gran importancia. Por lo general, se caracterizan por cambios en el comportamiento relacionados con la comida, que duran un tiempo y resultan en daños severos para la salud física y mental de la persona, así como en cambios en la forma en que la persona interactúa con otros y en entornos sociales comunes.

Si tienes un amigo, familiar, novia o novio que tiene un trastorno alimentario, como anorexia o bulimia, es probable que no se den cuenta de que tienen un problema o que les resulte difícil admitirlo debido a los sentimientos encontrados que conllevan.

Puede ser muy difícil para una persona que vive con un trastorno alimentario ir a ver a un nutricionista o psicólogo, por lo que estar allí para ellos, alentarlos a buscar ayuda o ofrecer compañía durante este momento difícil es una de las primeras cosas que puedes hacer para ayudar a tu ser querido.

La red de familiares y amigos juega un papel fundamental en el tratamiento, pero ten en cuenta que obligar a alguien a ir al médico no es la mejor opción, porque el tratamiento puede no ser efectivo ya que se les impone y no es una necesidad personal.

A continuación, se presentan algunos otros recursos sobre cómo ayudar y apoyar:

  • Aprende todo lo que puedas sobre los trastornos alimentarios: las diferencias básicas entre los tipos, los hechos y mitos sobre el peso, la nutrición y el ejercicio. Esto te dará más herramientas al hablar con tus seres queridos sobre la situación en la que se encuentran.
  • Tómate el tiempo y escúchalos: necesitan saber que estás ahí para ellos y que se sientan cómodos hablando de sus sentimientos, sin ser juzgados.
  • Háblales: elige un momento en el que puedas hablar en privado, sin distracciones ni limitaciones, y controla tus emociones. Es importante no hacerles sentir mal o no apreciados debido a la situación que están viviendo.
  • Sé claro acerca de tus preocupaciones: habla sobre los comportamientos específicos que generan preocupación por su salud y tu deseo de ayudar, en lugar de ofrecer soluciones. A veces es útil ensayar lo que vas a decir para asegurarte de que estás usando las palabras correctas y evitando dar sermones o críticas, ya que eso solo los hará ponerse a la defensiva.
  • Espera negación y resistencia: es probable que nieguen que tienen un problema e incluso que se enojen y rechacen el comentario. Recuerda mantener la calma, actuar de forma respetuosa y no tomártelo personal.
  • Evita hacer comentarios sobre la apariencia o el peso: tanto aquellos positivos como negativos pueden contribuir al aumento del trastorno.